jueves, 13 de diciembre de 2007





Hablar de los 80 en Chile es hablar de la dictadura del nunca afamado Pinochet. Para los jovenes de esas épocas (yo estaba todavía en primaria) había una necesidad de rebelarse, sobre todo en las clases medias que no usufructuaban de la diversión como en las clases altas. Los Prisioneros, un grupo musical salido de los barrios marginales (clase media baja) de Santiago, el mundo de la música rock era un imposible. Pero había que soñar porque, mal que mal eran los 80. Ser joven era ser de oposición, soñar lo imposible y buscar la libertad (nunca se habían vendido tantas ediciones del Quijote en Chile). Para las mujeres era oponerse a cualquier poder.
Tiempo atrás P, me pidió subir algo de mis tierras del sur…pues acá les va. Regalo para Girasol y su nueva entrada en el mundo masculino de la academia.

1 comentario:

Alberto Bruzos dijo...

La academia no tiene sexo, mi querida Juana (y en cuanto a seso, si lo tiene hay que decir que está muy pobremente dotada).
Por cierto, no sé por qué el Quijote tiene tanta fama entre los idealistas y los revolucionarios (la culpa, como de costumbre, es de los rusos), si en realidad es un libro anti-idealista, en el que hasta el quijote se retracta al final(vergonzosamente) de su "locura".